El nuevo estilo artístico que se estaba definiendo desde finales del siglo XVI en Europa era un indicio de que la sociedad de aquel tiempo estaba cambiando. Este estilo, tímido en sus comienzos, se originó en Italia como reacción frente al clasicismo del Renacimiento, y fue bautizado con el nombre de Barroco. Afectó a la literatura, al arte, a la cultura y a la sociedad en general, en la que la apariencia ocupaba un lugar preferencial. Las formas del arte barroco se manifestaron en la moda española de una manera muy particular y crearon un estilo genuino muy diferente al de la moda europea. El vestido de contornos rectilíneos del Renacimiento evolucionó a lo largo del siglo XVII, siguiendo libremente su tendencia barroca, a otro de contornos sinuosos, conseguidos mediante un complicado artilugio modelador interior denominado guardainfante. La condesa d’Aulnoy, para asistir a una audiencia en el Alcázar, hubo de ponerse uno “de un tamaño terrible”, y comentó que no sabía qué hacer con aquella extraña máquina: “No puede una sentarse, y creo que lo llevaría toda mi vida sin poderme acostumbrar a él”.
AMALIA DESCALZO
Profesora de Cultura y Moda, ISEM Fashion Business School
Doctora en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid, realiza su tesis sobre El retrato y la moda en España. Trabaja en la puesta en marcha del Museo del Traje CIPE de Madrid, perteneciendo en la actualidad a su Comité Científico, y en la del Museo Cristóbal Balenciaga. Imparte clases sobre historia de la indumentaria, cultura y moda en distintas instituciones como la Escuela de Arte y Antigüedades y el ISEM Fashion Business School de la Universidad de Navarra. Dirige el Congreso Internacional Vestir a la española. Prestigio y vigencia del atuendo español en las cortes europeas (siglos XVI y XVII), además de participar en seminarios y publicar artículos en libros, catálogos y revistas.