EXPOSICIÓN "Dioses y héroes del Barroco veneciano. De Tintoretto a Luca Giordano y Sebastiano Ricci"

A Coruña, 14 de marzo de 2024.- Carmen Arias Romero, directora de la Fundación Barrié; Marigusta Lazzari, directora de la Fondazione Querini Stampalia y Babet Trevisan, comisaria de la exposición, han presentado hoy la exposición Dioses y héroes del Barroco veneciano. De Tintoretto a Luca Giordano y Sebastiano Ricci, organizada conjuntamente por la Fondazione Querini Stampalia y la Fundación Barrié, siendo esta la primera presentación de la colección en España.

A través de esta exposición, la Fundación Barrié propone un viaje de descubrimiento de la mitología, los héroes y los dioses que han protagonizado las narrativas de artistas que, con un extraordinario talento creativo y una inspiración exuberante, han sido capaces de transmitir la poética barroca en la estela de la tradición pictórica veneciana. Las 52 obras (34 pinturas y 18 libros fechados entre los siglos XVI y XVIII) que componen la muestra forman parte de la colección de la Fundación Querini Stampalia.
Con esta exposición, la Fundación Barrié quiere traer a Galicia una colección que ejemplifica la relación entre el mecenazgo privado y el desarrollo urbano. Venecia, una de las ciudades más importantes en el imaginario cultural del mundo, fue no solo la destinataria del coleccionismo de los Querini, sino también el propio motivo de fondo que conduce las iniciativas de esta familia, que se encontraba entre las originarias en el momento de la fundación de la ciudad-Estado y participó activamente en los eventos políticos, artísticos y económicos de la urbe a lo largo de toda su historia.
 
La Fundación Barrié da continuidad así a su línea expositiva dedicada a la pintura histórica, que ha permitido mostrar obras únicas, como los apostolados de El Greco y pinturas de Picasso, Sorolla o los grandes maestros del surrealismo y el impresionismo, entre otros.
Introducción
Desde siempre, los seres humanos se han inspirado en las historias de entes extraordinarios, como dioses y héroes. Personajes dotados de fuerza sobrehumana y poderes excepcionales, pero también perturbados por deseos, miedos y vicios.
 
Entre el siglo XVII y el XVIII, los artistas del Barroco veneciano ponen en escena el Gran Teatro de máscaras mitológicas, que provoca encanto y asombro entre los espectadores. La mitología, trascendiendo sus significados clásicos, se convierte en una herramienta narrativa, una fuente inagotable de personajes listos para entrar en escena y dar nueva vida a las fábulas, que los artistas representan con gran destreza técnica y efectos prodigiosos.
Venecia, un escenario al aire libre caracterizado por una arquitectura escenográfica flotante, con vistas y espacios abiertos ideales para espectáculos fantásticos, se dibuja en esta exposición a través de una de las colecciones de las familias patricias más importantes, en un periodo artístico único, capaz de evocar su fama y su esplendor.
El patrimonio cultural era un verdadero símbolo del estatus de la nobleza. Los palacios de residencia, las obras de pintura, las estatuas, monedas, libros y archivos encarnaban valores que contribuían a fortalecer la identidad social, a representar y a afirmar el buen nombre de la dinastía y de la propia República de Venecia. Detrás de fábulas mitológicas y alegóricas a menudo se esconden y se plasman las virtudes y el mito de Venecia en todas sus versiones.
No solo las bellas artes han desempeñado un papel estratégico en la exaltación narrativa de la República; existe otro arte en el que los venecianos son maestros desde hace siglos: la diplomacia. La hábil retórica de los embajadores en las cortes, sobre todo en la española, ayuda a delinear su imagen en el mundo con un constante equilibrio entre el mito, la consideración de la República de Venecia como Estado ideal, y el antimito, la muestra de sus debilidades de fondo.
La relación entre España y la familia Querini será fértil, aunque tardía. En 1768 y hasta 1772, Giovanni, joven retoño de la dinastía, se traslada a Madrid en calidad de embajador de la Serenísima República de Venecia. Como testimonio de su labor perduran 211 cartas, numerosas reseñas, despachos y un interesante cuaderno de los gastos efectuados durante la estadía, consultable en el archivo familiar.
Entre el siglo XVI y el XVIII, por el puente diplomático y cultural tendido entre Venecia y Madrid, viajan artistas y objetos artísticos de todo tipo: cuadros, libros ilustrados, libretos teatrales y grabados, en un vaivén de contactos ininterrumpidos.
Este proyecto expositivo entre la Fundación Barrié y la Fundación Querini Stampalia puede verse como un nuevo capítulo en el intercambio recíproco de conocimientos y reflexiones culturales.

Los artistas
Durante su lenta fase de declive político y económico, acaecido entre el siglo XVII y el XVIII, Venecia busca refugio en las fábulas mitológicas como vehículo de consolidación de una imagen de lujo y prosperidad.
 
Al servicio de esta narración florece un mundo de pintores tales como Tintoretto, Padovanino, Francesco Ruschi, Pietro Liberi, Francesco Maffei, Federico Cervelli, el napolitano Luca Giordano y el errabundo Sebastiano Ricci, cuyo arte se desarrolló en casi todas las partes de Europa.
También contribuyen a exaltar la fama de Venecia historiadores, eruditos, poetas, ilustradores y grabadores. Más que ningún otro, el abad Vincenzo Coronelli, cosmógrafo oficial de la República. A través de su innumerable producción de calcografías, se dedica a apoyar y promover la leyenda de una ciudad única en el mundo, tan extraordinaria como su aristocracia.
En esta exposición, dioses, héroes y mitos reviven en las representaciones de artistas de primer orden con empastes suaves y cálidos, esplendor de color, habilidad y frescura en los trazos.
La posibilidad de ver todas estas obras juntas permite captar la unidad absoluta de la cultura veneciana, uno de los puntos cardinales de toda la historia del arte y de la cultura.
Secciones
Pinturas, libros impresos y grabados conversan entre sí para adentrarse en el espíritu de aquella época, en la cual el alma barroca sitúa al hombre entre la virtud y las pasiones, entre el desasosiego y la desilusión, entre la censura y el espectáculo.
 
Dioses y héroes
Este viaje para descubrir a los dioses y héroes representados por la inspiración creativa de los artistas comienza con Jacopo Tintoretto, que en el Concilio degli dèi (Consejo de los dioses) da su propia interpretación de la Edad Antigua, vistiendo a los protagonistas con trajes de escena de un gusto clásico, al mismo tiempo que cinquecentista. La fábula mitológica revive en las historias de Adonis, narradas en los lienzos del pintor milanés de finales de siglo XVII Federico Cervelli, con la muerte y apoteosis del protagonista. Para completar el primer capítulo de la exposición, hay más historias amorosas, como la de Teseo y Ariadna del mismo pintor, y Plutone rapisce Proserpina (Plutón rapta a Proserpina), de la mano del taller de Giulio Carpioni. Cierra esta sección el mismo Giulio Carpioni con el Banchetto degli dèi (Banquete de los dioses), donde las doce deidades del Olimpo están reunidas en un simposio.
 
Pintura y literatura
El mundo de fábulas mitológicas está perfectamente reflejado en la poesía, en la literatura y, más en general, en el arte. Las numerosas leyendas en las que los protagonistas son dioses, semidioses, héroes y hombres, que a menudo compiten entre sí, resuenan desde hace siglos, conservando la misma vivacidad y capacidad de fascinación. Los sucesos extraídos e interpretados con libertad de las Metamorfosis de Ovidio están contados e ilustrados aquí, en una constante interacción entre textos e imágenes. El siglo XVII redescubre algunos de los mitos menos representados de la cultura clásica, pero más cercanos a la sensibilidad y al gusto modernos.
 
El cielo de los dioses
Los antiguos mitos astronómicos de la tradición griega con frecuencia explican fenómenos naturales, como si se quisiera dominar sus causas y efectos. Durante siglos, el hemisferio boreal ha estado poblado por dioses y héroes. A través de las exploraciones geográficas, el horizonte se expande hasta proyectar, también en el hemisferio austral, nuevas figuras e instrumentos relacionados con el mundo moderno. Los atlas de estrellas se distribuyen por todo el orbe y alimentan el imaginario colectivo, gracias también a la empresa editorial veneciana de Vincenzo Coronelli. Sin embargo, los descubrimientos científicos no responden a todas las preguntas, y los ciclos de la naturaleza permanecen rodeados de misterio, como en la Allegoria del giorno (Alegoría del día), de Sebastiano Ricci.
 
Las alegorías
El rigor de la Contrarreforma obliga a los artistas a expresarse mediante alegorías, encubriendo los contenidos o incluso cambiando el mensaje simbólico que transmitían en el Renacimiento. La corporeidad de los hombres desnudos y las suaves curvas femeninas representan ahora el desorden moral de hombres y mujeres caídos en la red de las fuerzas del mal, como en el cuadro L’uomo precipitato dai vizi (El hombre derrumbado por los vicios), de Pietro Liberi.
 
El mito de Venecia
Desde el siglo XV, los patricios venecianos emprenden un formidable y duradero proyecto de propaganda política, promoviendo la visión de una ciudad magnificente, gestionada por un “buen gobierno” y basada en la armonía social. La iconografía de las fiestas sagradas y profanas, de las regatas organizadas para la llegada de príncipes extranjeros, de los juegos de agua y espectáculos, ilustrada por Vincenzo Coronelli, transmite y apoya esa idea de bienestar y equilibrio colectivo. Textos literarios y grabados amplifican y difunden esa imagen por toda Europa. De este modo, Venecia compone su propio panteón de héroes, exaltados en el poema La Venetia edificata (La Venecia edificada), de Giulio Strozzi.
 
Entre el clasicismo y el cristianismo
La historia de los antiguos héroes renace en las narraciones de santos y reyes taumaturgos, dotados de poderes extraordinarios, capaces de hacer prodigios, de detener monstruos y plagas, de luchar contra el mal, de repeler catástrofes y pestilencias. La búsqueda del cuerpo perfecto convierte a san Sebastián en uno de los sujetos más inspiradores para la imaginación de los artistas; el cuadro de Luca Giordano es un ejemplo que lo muestra muy claramente. El mito cristiano relee y reinterpreta también a otros personajes importantes de la Edad Clásica, como las sibilas. En el siglo XVII la presencia de estas profetisas alcanza una nueva significación en el arte figurativo, con representaciones llenas de contenidos educativos y morales, típicos de la Contrarreforma.
 
Fundación Querini Stampalia
La Fundación Querini Stampalia está ubicada en Venecia, en el palacio de la familia que le da nombre, construido en el siglo XVI. Fue creada en 1868 por voluntad del último descendiente, Giovanni, que no tenía herederos directos. Las estancias albergan la biblioteca, el museo y una zona de exposiciones temporales.
Actualmente se entra a través del puente diseñado por Mario Botta, arquitecto proveniente del cantón suizo del Tesino, que también ha realizado las salas de la planta baja, destinadas a cafetería, librería y auditorio. Junto a estas se encuentra la zona restaurada por Carlo Scarpa en 1963, uno de los trabajos más sorprendentes y conocidos del arquitecto veneciano.
La biblioteca, de carácter general, conserva hoy alrededor de 400 000 volúmenes (de los cuales aproximadamente 20 000 están expuestos en estanterías abiertas) y acoge una rica hemeroteca. Por voluntad del conde Giovanni, las salas de lectura estuvieron siempre abiertas por la noche y durante los días festivos, mientras las otras bibliotecas de la ciudad permanecían cerradas. El núcleo más antiguo de la colección está constituido por manuscritos, libros antiguos, atlas, mapas y grabados. El archivo privado de la familia Querini Stampalia ofrece un valioso testimonio de la historia de la familia, del patriciado veneciano y de la ciudad.
El museo, localizado en la segunda planta del palacio, conserva preciadas colecciones artísticas acumuladas por la familia a lo largo de los siglos. Muebles barrocos y neoclásicos, lámparas de cristal de Murano, porcelana de los mejores fabricantes de Europa, esculturas, globos terráqueos de los siglos XVII y XVIII y tapices flamencos se codean con más de cuatrocientos cuadros que van desde el siglo XIV hasta el XX, principalmente de la escuela véneta. Entre las obras expuestas hay un esbozo de Antonio Canova, así como pinturas de Giovanni Bellini, de Luca Giordano, de Sebastiano Ricci, de Giambattista Tiepolo y de Pietro Longhi, además de los lienzos de Jacopo Tintoretto y de Tiepolo propiedad del banco Intesa Sanpaolo, expuestos temporalmente en las salas de la tercera planta. El conjunto de todas estas obras contribuye a perpetuar el mito de Venecia como la ciudad de las maravillas.
La Fundación Querini Stampalia invita a los artistas a interpretar y relatar las colecciones del pasado a través del proyecto de arte contemporáneo Conservare il futuro. Desde hace más de veinte años, algunos de los protagonistas de la escena internacional han cruzado el umbral de la casa Querini y han dejado una huella significativa de su paso. Entre ellos destacan Joseph Kosuth, Ilya y Emilia Kabakov, Kiki Smith, Mona Hatoum, Jimmie Durham y Danh Võ.


Sede: Fundación Barrié. Cantón Grande, 9. A Coruña
Horario: 11h – 14h y 17h – 20h
Entrada gratuita
 
Para más información contacten con:
Suzana Mihalic. Directora de Comunicación e Imagen Corporativa Fundación Barrié
Tel. + 34 981 060 091 / + 34 659 459 030 / smihalic@fbarrie.org